Un equipo de paleontólogos halló en Mongolia fósiles de pulgas gigantes
que vivieron hace 165 millones de años, difundió hoy la revista Current
Biology.
Esos insectos, 10 veces mayor a las pulgas actuales, tenían una
mandíbula suficientemente fuerte para alimentarse de la sangre de los
dinosaurios, cuya piel era probablemente muy dura, explicaron expertos
de la Universidad Estatal de Oregón.
Su proboscis, apéndice
tubular con el que extraían la sangre, podía causar una sensación
parecida a la de una aguja hipodérmica, comparó George Poinar, quien
escribió sobre el descubrimiento en la publicación especializada.
Los restos de las pulgas gigantes encontrados en Mongolia pertenecen a
las especies Pseudopulex jurassicus y Pseudopulex magnus.
Posiblemente sean ancestros de las pulgas actuales, aunque pertenecen a un linaje separado y ahora desaparecido.
Estos fósiles están bien conservados y ofrecen información sobre como pudo ser la vida en los períodos Cretácico y Jurásico.
Las pulgas actuales se alimentan de animales de sangre caliente.
De las dos mil especies que se conocen hoy día, el 94 por ciento se
nutre con la sangre de los mamíferos, y el resto de las aves.
mv/mor
jueves, 3 de mayo de 2012
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