Junto a los antiguos coches de madera de la línea A de subtes, los adoquines y los cafés históricos, los buzones de correo que todavía quedan en algunas esquinas porteñas son parte del acervo cultural urbano de Buenos Aires. Y si bien fueron un engranaje fundamental del servicio postal hasta los 90, a partir del auge del e-mail quedaron en el olvido, usados como tachos de basura o vandalizados con pegatinas y graffitis. Con el cambio de siglo, había unos 400 en las calles porteñas. Hoy quedan cien, de los cuales sólo veinte están en funcionamiento.
Atentos a estas circunstancias, y en plan de rescatar los pocos que quedan esparcidos por la Ciudad, un grupo de vecinos decidió recuperarlos a partir de una iniciativa que apunta a limpiarlos y repintarlos del color original, rojo con la base negra, con el objetivo final de que sean declarados Patrimonio Cultural de la Ciudad y se los proteja por ley. “Presentamos un proyecto en la Legislatura que contó con el apoyo de varios diputados”, explica Matías Profeta, integrante de la ONG Observatorio de Patrimonio y Políticas Urbanas, e impulsor de la propuesta. “Muchos buzones se perdieron cuando se repararon las veredas donde estaban instalados y se los llevaron a diferentes depósitos, o se rompieron por un accidente de tránsito”, agrega. Y otros, apunta, llegaron a venderse en distintos sitios de internet.
Hasta el momento recuperaron los buzones de las esquinas de Beruti y Laprida, y de Azcuénaga y Pacheco de Melo, ambos en el barrio de Recoleta. “Empezamos a trabajar en abril de este año, y la idea es seguir todos los fines de semana que sean necesarios para terminar 2015 con la mayor cantidad de buzones recuperados. La respuesta de los vecinos es muy alentadora”, cuenta. Quienes quieran sumarse pueden contactarlos en Facebook/Guarda.Patrimonio Vivo.
Claudio Corsalini / Perfil.com
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