lunes, 7 de septiembre de 2015

El Pabellón de los Lagos de Palermo, una joya que habitó los Bosques de Palermo

Funcionó entre 1901 y 1929 en donde hoy está el Patio Andaluz del Rosedal. Lo usaban para grandes recepciones.

Era espectacular y estaba en un lugar privilegiado de la Ciudad: los bosques que rodean al Rosedal, en Palermo. Pero su vida útil fue muy limitada porque duró menos de tres décadas: lo inauguraron en 1901 y en 1929 lo demolieron. Se lo conocía como el Pabellón de los Lagos y su imagen lo mostraba con cierto aire oriental, aunque lo había proyectado un arquitecto italiano. Incluso, en la entrada tenía dos mástiles con la media luna típica del Islam que se suele colocar en los minaretes de las mezquitas. Eso solía llamar la atención de los visitantes porque la construcción no tenía ninguna connotación religiosa.

El proyecto del Pabellón de los Lagos lo realizó y desarrolló el arquitecto Roland Le Vacher (también conocido como Roland o Raúl Lavacher) quien, a pesar del sonido francés de su apellido, había nacido en la ciudad de Parma, en la región italiana de Emilia-Romagna. Lo construyeron con una importante estructura de hierro y grandes ventanales de vidrio. Tenía forma de herradura, lo que permitía enmarcar a una espectacular terraza donde, en los días de buen clima, se colocaban mesas y sillas.

El edificio tenía un sector de confitería y otro donde funcionaba un restaurante. El gran salón era punto de reunión de tradicionales familias porteñas y allí solían realizarse eventos sociales y hasta banquetes, muchos con fines solidarios, que organizaban las Damas de Beneficencia. El lugar también fue utilizado muchas veces para agasajos a diplomáticos y visitantes extranjeros. Uno de los que más se recuerda es el de junio de 1902, cuando llegó a Buenos Aires el crucero Atlanta, “un buque moderno de la escuadra norteamericana en el que se admira, sobre todo, la acertada disposición de su poderosa artillería”, según las crónicas de la época.

Esa nave militar estaba al mando del almirante G. W. Summer, quien fue agasajado con distintos actos. Como se le quería mostrar lo mejor de la Ciudad, se organizó una caravana de siete autos en la que hasta participó Julio Argentino Roca, quien estaba desarrollando su segundo mandato presidencial. El recorrido incluyó la visita a zonas de Belgrano y Palermo. Y el almuerzo fue en el salón del Pabellón de los Lagos. Al año siguiente, otra visita de una delegación extranjera también tuvo el mismo lugar como escenario de camaradería. Esa vez fue con un grupo de militares chilenos, delegación que presidía el vicealmirante Jorge Montt, ex presidente de su país y, en ese momento, director general de la Armada.
Aquella visita realizada en mayo de 1903 tenía un motivo especial. El año anterior, la Argentina y Chile habían firmado lo que se conoció como los “Pactos de Mayo”, que pusieron fin a un período de gran tensión entre ambos países y que, en 1901, los puso al borde una guerra. Inclusive, aquella tensión fue la que generó la sanción de la ley de Servicio Militar Obligatorio en nuestro país y la compra de muchas naves militares. Esa visita, que culminó con el almuerzo en el Pabellón, tuvo una recorrida por los barrios de Balvanera, Caballito, Flores y Belgrano, para terminar en Palermo.

El Pabellón de los Lagos fue demolido en 1929. En el año anterior allí había funcionado una colonia de vacaciones para chicos con problemas mentales y un dispensario municipal para atender enfermedades venéreas. Pero ese terreno se necesitaba para instalar el Jardín Español o Patio Andaluz que aún existe. Esa “Glorieta Andaluza” fue donada por el Ayuntamiento de Sevilla “a la gloriosa y opulenta Ciudad de Buenos Aires”, como expresaron los españoles. Igual, en torno al Pabellón quedaron mitos. Algunos afirman que, en 1914, allí actuó el estadounidense Oliver Hardy, el famoso gordo del dúo que luego formaría con Stan Laurel, quien en 1915 también anduvo por aquí. Sin embargo “El Gordo”, quien todavía no conocía a “El Flaco”, actuó en el Pabellón de las Rosas, otra construcción que estaba en Tagle y Avenida del Libertador, también demolida en 1929. Pero esa es otra historia.

Eduardo Parise / Clarin.com

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