La Luna tuvo pareja hace cuatro mil 400 millones de años, pero esta acabó uniéndose a la que vemos hoy por una colisión, difundió la revista Nature en su edición más reciente.
El impacto fue muy lento, de apenas 2,4 kilómetros por segundo, y el otro satélite, más pequeño, se fundió poco a poco en el hemisferio oculto desde la Tierra, sugirieron científicos de la Universidad de Berna, Suiza.
Esta teoría atrayente, necesita ser confirmada y la respuesta podría encontrarse lista durante los próximos meses, cuando se den a conocer los resultados de sendas misiones lunares de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA).
Según el autor principal del estudio, Martin Jutzi, esa colisión mucho más baja que la del sonido al atravesar una roca, tuvo una lentitud pasmosa si se compara con la velocidad a la que ocurren los choques en el espacio.
Precisamente esa demora explica que no sucediera un derretimiento, pues en el momento del choque nuestra Luna tenía un océano de magma bajo su superficie.
"Como consecuencia del impacto, la corteza de la Luna se habría endurecido y el magma subyacente se habría redistribuido hacia la cara visible", indicó Jutzi.
Durante décadas, los científicos han investigado por qué el rostro visible de la Luna es relativamente plano, mientras que la otra cara tiene una mayor abundancia de cráteres y montañas, con una altura de tres mil metros.
También llama la atención que la cubierta del lado observable desde la Tierra sea más gruesa, mientras que la otra es más rica en elementos químicos como el potasio, el fósforo y otros compuestos raros conocidos como Kreep.
La teoría recién propuesta podría explicar por qué la Tierra tiene una sola Luna, mientras que Saturno y Júpiter tienen más de 60, Plutón cuatro, y Venus y Mercurio carecen de ellas.
ocs/mor
jueves, 4 de agosto de 2011
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