domingo, 28 de noviembre de 2010

No es necesario invocar a Dios para explicar el origen del universo

Lo asegura el brillante Físico británico Stephen Hawking en “El gran diseño”, una obra escrita a dúo con el físico norteamericano Leonard Mlodinow.
El libro ofrece una nueva visión de la creación del universo según la cual su origen no respondería a la acción de un Dios creador sino que habría surgido de la nada.

En su nueva obra, Hawking presenta una versión alejada de las teorías canónicas y hasta de las hipótesis que él mismo formuló hace más de veinte años en su emblemático libro “Historia del tiempo”: según esta nueva perspectiva, Dios no sólo no es necesario sino que no existe a la hora de fundamentar la creación del universo.

"No es necesario invocar a Dios para encender la mecha y poner en marcha el universo -explican los autores en “El gran diseño-. Porque existe una ley como la gravedad, el universo puede y podría crearse por sí mismo de la nada. La creación espontánea es la razón por la que es redundante el papel de un creador del mismo".

De esta manera, Hawking y Mlodinow coinciden en que el descubrimiento en 1992 de un planeta orbitando otra estrella diferente al Sol ayudó a deconstruir la visión del padre del célebre físico Isaac Newton, acerca de que el cosmos nació del caos pero fue creado por Dios.

"Esta afirmación surge de las condiciones que se registran en nuestro sistema planetario, un sólo Sol, la afortunada combinación entre la distancia entre la Tierra y la masa solar, así como que la Tierra fue cuidadosamente diseñada para albergar la vida humana", sostienen los autores.

Considerado como uno de los más grandes físicos teóricos del mundo, Hawking ha conseguido -pese a su inmovilidad física-, aportar a la ciencia un conjunto de escritos científicos que han marcado el curso de la ciencia moderna.

Las ideas desplegadas en “El gran diseño” (Crítica), representarían una evolución con respecto a lo que el científico británico, de 68 años, había escrito sobre el tema en “Historia del tiempo” (1988), donde sugería que no existe incompatibilidad entre la noción de Dios, en tanto creador, y una comprensión científica del universo.

En esta nueva obra que comparte con Mlodinov, Hawking asegura que el Big Bang –la teoría que explica el comienzo del universo como producto de una gran explosión- se dio de forma inevitable por los fenómenos de la física.

Por otro lado, los autores también aprovechan la ocasión para afirmar que los filósofos han perdido su papel en la discusión de las preguntas últimas acerca de la existencia por su desconocimiento de la física, según ellos la disciplina que en los últimos cien años ha dado un vuelco espectacular en todo lo dicho acerca del universo.

"...la filosofía ha muerto. La filosofía no se ha mantenido al corriente de los desarrollos modernos de la ciencia, en particular de la física. Los científicos se han convertido en los portadores de la antorcha del descubrimiento en nuestra búsqueda de conocimiento", indican Hawking y Mlodinow.

Al margen de la polémica que ha generado por su convencimiento de la inexistencia de Dios, “El gran diseño” se presenta como un certero resumen de los conocimientos actuales sobre el universo, puestos al día respecto a los anteriores libros del científico británico.

De manera ágil y sencilla, los investigadores repasan algunos conceptos básicos de la civilización griega -donde según ellos se empieza a intuir que el mundo puede llegar a ser comprensible- y guían al lector hasta llegar a su novedosa teoría.

Aún así, el libro plantea un pronóstico de la física/cosmología actual un tanto desesperanzador para quienes sueñan con una verdadera teoría del todo, dado que la teoría M, de la que habla por fin el libro en sus últimos capítulos, es un compendio de teorías y no una sola.

Hawking, que padece esclerosis lateral amiotrófica, también conocida como enfermedad de Lou Gehrig, ha sido honrado con doce doctorados honoris causa y galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 1989. Es también un divulgador científico conocido por sus teorías sobre los agujeros negros y la formación del universo.

Junto con Mlodinow, profesor en el Instituto de Tecnología de California, escribió en 2005 “Brevísima historia del tiempo” , una versión de su primer `best-seller` dirigido para el gran público y que versa sobre astrofísica y física teórica.

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