La nueva generación de videoconsolas ofrecen a los usuarios nuevas posibilidades a la hora de disfrutar de los videojuegos. Mandos inalámbricos, pantallas táctiles... permiten meternos en la piel de un deportista o incluso de un cirujano, como es el caso del videojuego para Nintendo DS 'Trauma Center', que gracias a su pantalla táctil el jugador puede operar de urgencia con tan solo mover el lápiz táctil.
Pero los estudiantes de la Universidad de Washinton (EE.UU.) han querido ir más allá. Gracias al 'hackeo' de Kinect, el dispositivo de Microsoft, han adaptado su tecnología para realizar cirugías robóticas asistidas en la vida real.
Este método implica el uso de Kinect para ayudar a los cirujanos a utilizar las herramientas cuando realicen una cirujía. En la actualidad, los cirujanos suelen utilizar la robótica para intervenciones quirúrgicas mínimamente invasivas.
Los tubos de control remoto con los instrumentos quirúrgicos en los extremos se insertan en el paciente con el fin de minimizar las cicatrices.
Los cirujanos controlan los instrumentos con unos dispositivos que se asemejan a los joysticks, pero algo más complejos, y se apoyan con cámaras diminutas situadas en los tubos para ver el interior del paciente.
Sin embargo, el principal problema es que los cirujanos no tienen ninguna forma de palpar lo que están haciendo. Si se mueve un instrumento quirúrgico en algo sólido, el instrumento se detendrá pero el mando de control sigue en movimiento.
El equipo de ingeniería eléctrica de la universidad ha resuelto este problema gracias al código abierto de Kinect para asignar y reaccionar a los entornos en tres dimensiones y enviar la información sobre el entorno al usuario.
Al usar Kinect se establece 'espacios electrónicos' que restringen el movimiento de la herramienta quirúrgica, es decir, si la herramienta toca un hueso se deja de mover. En cambio, si el instrumento se mueve a lo largo de un hueso, el joystick sigue el mismo camino. Incluso es posible definir las zonas de acceso restringidas para proteger los órganos vitales.
"Básicamente, podríamos definir un campo de fuerza alrededor de, por ejemplo, un hígado", asegura el profesor de ingeniería eléctrica de la Universidad de Washington, Howard Chizeck. "Si el cirujano se acerca demasiado, el campo de fuerza protegería el objeto que no desea cortar".
El equipo espera que esta cirugía robótica sea fiable y práctica a largo plazo, permitiendo así a los médicos llevar a cabo fácilmente en las principales ciudades cirugías en pacientes en pueblos pequeños y aislados. Chizeck asegura que esta idea se puede extrapolar en catástrofes o guerras.
EP
jueves, 20 de enero de 2011
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