Un equipo internacional de astrónomos liderados por Mary Williams, del Instituto de Astrofísica de Potsdam (AIP), ha descubierto una nueva corriente de estrellas en nuestra Vía Láctea: la "Corriente de Acuario", en nombre de la constelación de Acuario. Esta corriente de estrellas es un remanente de una galaxia más pequeña en nuestro vecindario cósmico, que fue separada por la atracción gravitacional de la Vía Láctea hace 700 millones de años.
El descubrimiento es el resultado de la medición de las velocidades de 250.000 estrellas mediante el estudio RAVE, realizado por el telescopio británico Schmidt basado en el Observatorio Astronómico Australiano con sede en Siding Spring.
"Tengo una corriente": con estas palabras la científica neozelandesa de 33 años presentó su descubrimiento a la audiencia de una conferencia internacional. La corriente de Acuario fue realmente difícil de encontrar, a diferencia de prácticamente todas las conocidas corrientes de estrellas que se encuentra dentro del disco galáctico. Dentro de su disco, la alta concentración de estrellas de la Vía Láctea está bloqueando el camino y la corriente no se distingue del resto de estrellas en su forma. "Estaba justamente ante nuestra puerta", dice Williams, "pero simplemente no podía verla."
Utilizando datos de RAVE, la astrónoma midió la velocidad radial de 12.000 estrellas en esa región por primera vez. De esta manera se encontró que 15 estrellas muestran un patrón diferente de velocidad que las otros, moviéndose a una velocidad relativa de hasta 15.000 kilómetros por hora a través del disco de rotación de la Vía Láctea.
La comparación de los parámetros de estrellas con las simulaciones mostraron que las estrellas forman parte de una corriente más grande de estrellas procedentes de una galaxia vecina más pequeña que atraída por la Vía Láctea. Esta galaxia finalmente alcanzó la Vía Láctea y se retiró aparte hace unos 700 millones, cuando la corriente de estrellas se formó de forma dinámica. Esto hace que la corriente de Acuario especiales tenga carácter excepcional. Otras conocidas corrientes de estrellas suman miles de millones de años y se encuentran en las afueras de nuestra galaxia.
Teniendo en cuenta el método especial de la encuesta RAVE que ha llevado al descubrimiento de esta corriente, los astrónomos están optimistas sobre la posibilidad ver muchos más descubrimientos de este tipo en el futuro. Está previsto medir las características de hasta un millón de estrellas de nuestra Vía Láctea hasta el año 2012.
EP
viernes, 4 de febrero de 2011
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