Durante varias temporadas, un equipo de científicos rusos excavaron a casi 4 kilómetros de profundidad en la Antártida para llegar a él. Pero a poco de llegar tuvieron que suspender el operativo. Los detuvo el invierno y también las dudas sobre ese último paso, definitivo y crucial. Es que la última etapa es la de mayor precisión para no alterar ese ecosistema. El taladro que se utliza para perforar el hielo podría “intervenir” las condiciones de preservación de ese ecosistema. De hecho, ya se econtraron algunas bacterias, pero no está claro si son de la propia expedición o algo que “nació” en el Vostok. Además, la punta del taladro utiliza lubricantes y anticongelantes que definitivamente afectarían –si es que ya no lo hicieron– a los microorganismos que se espera encontrar. Para la última misión probarán con una sonda que irá derritiendo el hielo, equipada también con una cámara en la punta que mostrará imágenes de la llegada al lago.
Esta aventura antártica tiene también una dimensión épica. Andrei Kapitsa fue el descubridor del lago Vostok (llamado así en honor a la base rusa homónima que se encuentra en la superficie; allí es el lugar en donde se ha podido registrar la temperatura más baja del mundo: -89,2 grados).
Kapitsa comenzó a viajar a la Antártida en los años 50 y falleció el pasado 3 de agosto, a los 80 años, sin haber podido alcanzar aquello que soñó desde su tesis inicial, en 1955: bajo el hielo antártico podría esconderse un lago secreto.
El Vostok tiene unos 250 x 50 kilómetros de ancho, un área de 15,690 kilómetros cuadrados y el volumen estimado de 5,400 kilómetros cúbicos de agua dulce. Según estiman, la temperatura del agua es de 3 grados bajo cero. Gracias a la presión de 360 atmósferas, el agua no se congela.
Descubrir si hay formas de vida en el Vostok podría servir como sustento para creer que formas de vida similares pueden ser posibles en otros planetas cuya superficie está congelada, como sucede en una de las lunas de Júpiter.
Pero hay más misterio en el Vostok, porque en 2001 se descubrió una anomalía magnética en esa región, en la zona sureste del lago. La anomalía es de una extraordinaria amplitud, ya que se extiende por unos 166 kilómetros cuadrados. Inicialmente se intentó explicar esta falla electromagnética a partir de causas naturales, pero hay otras hipótesis que afirman que podría haber un objeto metálico de grandes dimensiones de origen desconocido debajo o en el fondo del lago. Un misterio similar sirvió como argumento en la exitosa serie estadounidense Lost .
Uno de los últimos descubrimientos sobre el lago fue en 2005. Los científicos lograron ver que el Vostok tiene una isla en el centro y que tiene mareas que también se rigen de acuerdo a los movimientos del Sol y de la Luna. Igual que los lagos de la Tierra, pero a 4 kilómetros de la superficie y con una capa de hielo que lo mantuvo detenido en el tiempo.
Mas informacion del Lago Vostok:
Anomalía Magnética
A partir del 2001, un grupo de científicos estadounidenses comenzó a sobrevolar el lago Vostok a baja altura, con el fin de estudiar la actividad magnética que se verifica por allí. Durante estos sobrevuelos, se descubrió una poderosa anomalía magnética en la zona suroriental del lago. La discrepancia se calculó en 1000 nanoteslas, una cantidad enorme, cuyas causas son ignotas. Otra característica de la anomalía es su extraordinaria amplitud, ya que se extiende por unos 166 kilómetros cuadrados. Inicialmente se intentó explicar la anomalía magnética a partir de causas naturales. Michael Studinger, de Columbia University, sostuvo que muy probablemente, la corteza terrestre es muy delgada en el fondo del lago. Por tanto, la cercanía con el manto causaría un aumento de la actividad magnética. El geólogo Ron Nicks sostiene, en cambio, exactamente lo contrario: la delgadez de la corteza y la consiguiente cercanía del manto causarían un calentamiento de la costra misma y esto debería reducir la actividad magnética en vez de aumentarla.
Mareas del lago
En abril de 2005, investigadores alemanes, rusos y japoneses descubrieron que el lago también posee mareas. Dependiendo de la posición del Sol y la Luna, la superficie se eleva entre 1 y 2 cm. Los investigadores asumen que la fluctuación de la superficie del lago tiene el efecto de una bomba que mantiene el agua circulando, lo cual jugaría un papel crucial en la supervivencia de los microorganismos.
Interconexión de lagos subglaciales
A principios del 2006 un equipo de científicos del Reino Unido descubrió grandes ríos [cita requerida] que fluyen a cientos de metros de profundidad bajo el hielo de la Antártida. Los expertos, dirigidos por el profesor Duncan Wingham, del University College London (UCL), averiguaron que esos ríos, del tamaño del Támesis londinense (346 kilómetros de longitud), conectarían la red de los denominados "lagos subglaciales" a lo largo de grandes distancias. Esto reforzaría la hipótesis de que lagos como el Vostok hayan mantenido en ocasiones contacto con el exterior, por oposición a la teoría anterior, que afirmaba que el agua se movía a través del hielo mediante un lento proceso de filtración sin contacto directo con otros ecosistemas.
Especulaciones sobre la existencia de vida, y comparaciones con la luna joviana Europa
Debido a la similitud de las condiciones del lago a las que se podrían encontrar bajo la corteza helada de algunos cuerpos del Sistema Solar como Europa, una luna de Júpiter, o Encelado (Saturno) el confirmar que la vida puede sobrevivir en el lago Vostok supondría reforzar los argumentos a favor de la presencia de vida en entornos parecidos fuera de la Tierra, proporcionando en cualquier caso un entorno útil para probar y desarrollar la tecnología necesaria para realizar este tipo de exploraciones.
Búsqueda de vida
Para probar la existencia de vida en el Lago Vostok sin contaminar el medio ambiente en el proceso, el Laboratorio de propulsión a chorro de la NASA,(JPL), planea utilizar una sonda para derretir el hielo, llamada "cryobot", que derretiría el hielo a su paso, dejando tras de sí un cable de comunicaciones y de energía eléctrica. El cryobot lleva consigo un mini-submarino llamado "hydrobot", que será desplegado una vez que el cryobot haya derretido el hielo y alcanzado las aguas del lago. La misión del hydrobot es la búsqueda de existencia de vida en las aguas de lago, utilizando una cámara de vídeo y otros instrumentos de medición.
A principios del 2010 el jefe de la expedición antártica Rusa, Valery Lukin, anunció que a su equipo de investigadores rusos sólo le restaban 100 metros de hielo por perforar para alcanzar el agua del lago. De acuerdo a Lukin, el nuevo equipamiento desarrollado por investigadores del instituto físico nuclear de St Petersburgo permitiría asegurar que la investigación no provocase la contaminación del lago. Los científicos esperan alcanzar el lago entre el 2010 y 2011.3 Para la expedición del 2011-12, han planeado alcanzar el lago taladrando los 120 metros de hielo restante, a una velocidad máxima de 4 metros por día.
Diego Geddes / Clarín
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