jueves, 17 de octubre de 2013

Rescatan el fragmento más grande del Meteorito de Cheliábinsk

Un peso de al menos 570 kilogramos tiene el fragmento más grande hallado hasta la fecha del meteorito de Cheliábinsk, el cual fue extraído hoy del fondo del lago Cherbakul, en los Urales, por un equipo de buzos rusos.
Llevar la roca hasta la orilla fue un trabajo difícil, no solo por su peso sino también por las grandes olas del lago, explicaron los geólogos a cargo de la operación, según el portal Uralinform.

Nikolai Murzin, director general de la empresa Aleut de trabajos especiales, indicó que fue necesario arrastrarla en vez de izarla directamente, tarea que mencionó como "técnicamente difícil y arriesgada".

Con anterioridad, el trozo mayor había sido encontrado el 27 de septiembre en el fondo del propio lago, a 13 metros de profundidad, y su peso fue de 4,8 kilogramos.

Caído en la región de los Urales en el centro de la Federación de Rusia el 15 de febrero del año en curso, la búsqueda de los fragmentos del meteorito comenzó 24 horas después.

Los investigadores consideran importante cualquier trozo por la información que pueda aportar en el estudio de las etapas iniciales del sistema solar.

Unos 13 pedazos ya fueron encontrados, sin embargo, los científicos consideran que solo existe la evidencia de que cinco son parte del bólido.

Al referirse al tamaño del cuerpo celeste, el físico de la Universidad de los Urales, Victor Grojovski, declaró a la agencia ITAR-TASS que tenía sin dudas más peso que cuando llegó a la superficie, pues por lo general se quema un 90 por ciento de la masa.

Grojovski lo comparó con el meteoro de Sijote-Alin, que cayó en territorio de Primorie, en 1947, compuesto de hierro, y con cerca de 70 toneladas, clasificado como un fenómeno único en ese momento.

Según el científico, no es posible hoy predecir la caída de un bólido de esa dimensión.

Expertos de la agencia espacial estadounidense (NASA), por su parte, evaluaron la potencia de las explosiones originadas por la caída del aerolito en Cheliábinsk en unas 300 kilotoneladas de dinamita, unas 20 veces más fuerte que la bomba lanzada sobre Hiroshima.

Con unos 17 metros de largo y cerca de 10 mil toneladas de peso, el cuerpo celeste entró en la atmósfera a una velocidad mínima de 64 mil kilómetros por hora, y estalló a una altura de 19 a 24 kilómetros, de acuerdo con los estimados de la NASA.

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