martes, 15 de marzo de 2011

Terremoto en Japón: El peligro de una fuga de yodo radioactivo

Persiste el miedo a una fuga radioactiva en la planta nuclear Fukushima. Un experto en medicina nuclear explicó los peligros de absorber yodo, uno de los contaminantes radioactivos más perjudiciales, y las medidas de prevención que están tomando las autoridades japonesas.



Después de la catástrofe natural, en Japón la atención está puesta ahora en el riesgo de un desastre nuclear. Los niveles de radioactividad no son aún dañinos para la población, pero el miedo sobrevuela la zona. Y miedo, ¿a qué?
A partir de la fisión del uranio en una central nuclear, se liberan más de 60 contaminantes radiactivos, de los cuales el yodo es uno de los más perjudiciales para la salud humana.

“Dentro de las emisiones radioactivas, es una de las más complicadas por ser muy volátil”, explicó el Dr. Daniel Cragnolino, jefe del Servicio de Medicina Nuclear del Hospital Universitario Austral (HUA). Contó que en Chernóbil se liberaron enormes cantidades de yodo que acabaron con las vidas de decenas de miles de personas en el corto y en el largo plazo. El yodo es la principal fuente de irradiación para los humanos.

El blanco: la tiroides
“La persona respira el yodo radiactivo, que por ser muy volátil se dispersa rápida y fácilmente por el aire; este se fija y destruye la glándula tiroides –encargada de regular el metabolismo corporal–. El yodo, dentro y fuera del organismo, emite rayos gamma, por eso se dice que “irradia”. Por sus efectos, la mayoría de las víctimas de una fuga radioactiva padecen hipotiroidismo, cáncer de tiroides y leucemia”, sintetizó el Dr. Cragnolino.
Los síntomas, por lo general, se ven después de un tiempo y dependen de la proximidad de la persona a la zona de la fuga y de la magnitud de esta. El experto en medicina nuclear describió que “si se recibió una dosis letal de radiación en el momento, aparecen dolores, náuseas, vómitos, diarrea con sangre, hemorragias varias y caída del pelo. Este cuadro se conoce como Síndrome de radiación aguda y suele ser mortal”.
En cambio, en el largo plazo, la radiación afecta especialmente a aquellas células “de rápida duplicación” en el organismo, lo cual engloba a las células de la sangre, óvulos y espermatozoides. Por esto, son frecuentes los trastornos como anemia, neutropenia y esterilidad.

¿Pastillas de yodo?
El Dr. Cragnolino destacó que en Japón se estén repartiendo pastillas de yodo entre los evacuados de la zona cercana al reactor Fukushima como medida preventiva. “El objetivo es saturar la tiroides de yodo para que no absorba el yodo radioactivo del aire. Se bloquea la glándula”, explicó. Sin embargo, las personas deben esperar a que se confirme la fuga para tomar la dosis. “En Japón se está cumpliendo con todas las normas internacionales de seguridad y todas las medidas de precaución. Una fuga de las dimensiones de la de Chernóbil parece improbable”, concluyó el especialista.

Radiación comparada
Una persona normal acumula una dosis de radiación de 2,5 milisievert (mSv) por año.
Por una radiografía, se reciben de 0,2 a 0,7 mSv.
Por una tomografía: 2 a 5 mSv.
Ningún procedimiento médico supera los 10 msv.
En Chernóbil: gran parte de las personas que estaban en un radio de 30 km a la redonda de la central nuclear recibieron más de 50 mSv (el 10%) y más de 100 mSv (el 5%).

Fuentes:
Dr. Daniel Cragnolino
Jefe del Servicio de Medicina Nuclear (MN 66.369)
Hospital Universitario Austral
Especialista en Medicina Nuclear por la Universidad de Buenos Aires. Miembro fundador de la Asociación Argentina de Cardiología Nuclear. Exjefe del Servicio de Medicina Nuclear del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires.


Mariana Israel / Hospital Universitario Austral

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