El hombre de Oetzi vuelve a ser noticia, porque de su cadáver congelado,
descubierto en 1991, se pudo obtener muestras de sangre y recuperar las
células más antiguas jamás observadas, señala un estudio divulgado en
el Journal of the Royal Society.
Con más de cinco mil años de antigüedad, la famosa momia fue encontrada
por turistas en los Alpes italianos. Llevaba una flecha clavada en la
espalda, de donde se tomaron pequeños cortes de tejido para ser
analizados con un microscopio de fuerza atómica, indica la
investigación.
De esta forma, los autores del trabajo, expertos
de Italia y Alemania, determinaron la presencia de estructuras similares
a las que tienen los glóbulos rojos de la sangre, así como la presencia
de hemoglobina y de fibrina, una proteína asociada a la coagulación.
Los niveles de fibrina eran mucho más bajos de lo que se esperaría en
heridas frescas, por lo que la teoría planteada durante mucho tiempo que
Oetzi murió apenas fue herido, y no unos días después, no puede ser
sostenida, aseguran los especialistas.
Las técnicas utilizadas
para detectar células de sangre en Oetzi, también pueden serán útiles en
estudios forenses actuales, agregan.
Los restos fósiles del
también conocido como Hombre de los Hielos, son de los más estudiados
por la ciencia. Gracias a la secuenciación de su genoma se sabe que
tenía 45 años al morir por una hemorragia, medía 1.60 de estatura,
pesaba unos 45 kilogramos y además padecía del corazón, de una infección
bacteriana y caries.
También se le realizó una reconstrucción del rostro.
mgt/vm
miércoles, 2 de mayo de 2012
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