La demolición del antiguo Cine Pueyrredón es, sin duda, un tema que generó mucha polémica en el barrio. El edificio forma parte del patrimonio histórico del barrio desde que fue inaugurado en 1873, y su transformación en un shopping implicaría un “atentado” a ese patrimonio. Sin embargo, entre los vecinos de Flores, la opinión está dividida en dos polos; a favor y en contra de la construcción de un centro comercial.
Por un lado, seguros de su opinión, los que están a favor de la demolición del edificio aseguran que ya era hora de que se tire abajo el edificio, ayudando a “limpiar la cuadra”. Afirman también que actualmente, el viejo Cine Pueyrredón solo sirve para “juntar roña y ratas” desde que quedó totalmente abandonado en 2009. No faltan aquellas personas que asocian la decisión de hacer desaparecer el antiguo cine, con la manera de gestionar del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y su ideología (incluso lo asocian con la actual gestión gubernamental de Mauricio Macri, ya que fue quién le heredó el mando de la Ciudad a Horacio Rodríguez Larreta). De más está aclarar que el eje de la cuestión es otro. Incluso hay comentarios realmente sorprendentes de algunos vecinos que entre la ironía y la sinceridad, afirman que la instalación de un shopping con salas de cine, comercios y estacionamiento, ayudará a Flores a estar “a la altura de Caballito”. Sin palabras.
En el otro lado de la discusión están los vecinos que fervientemente defienden al edificio y toda su carga histórica. Ellos aseguran, con razón, que este establecimiento forma parte del patrimonio histórico-cultural del barrio y que su demolición implicaría corromper la historia de Flores. De hecho, este cine está muy ligado a las historia personales de muchos de los vecinos. Por eso, piden que esas obras, sean de re acondicionamiento y no de “destrucción”. Proponen que el espacio vuelva a funcionar, como en sus orígenes, para el entretenimiento de las personas con salas de cine y/o teatro. Aunque también, hay propuestas tales como hacer del edificio un espacio que esté relacionado con el arte, o que se instale allí un centro cultural en homenaje al Cine Pueyrredón.
De todas maneras, se tenga la postura que se tenga, es innegable que el edificio de Rivadavia al 6800, es uno de los tantos edificios históricos que hacen al barrio de Flores. Como la Basílica de San José, el Teatro de Flores u otros tantos establecimientos, el Cine Pueyrredón forma parte del patrimonio socio-cultural de la zona. Este cine junto con los demás que había en el barrio, no solo que conformaban el principal punto de entretenimiento para muchas familias, sino que, con el correr del tiempo, se convirtieron en pilares de la identidad de Flores. Es por eso que es necesario tomar conciencia sobre la importancia de la conservación de este monumental edificio. El Cine Pueyrredón le pertenece al barrio, y por ende nos pertenece a todos los vecinos.
Un lugar único
El Cine Pueyrredón, fue inaugurado en 1873, abriendo sus puertas como sala teatral. Allí se dieron alguno de los espectáculos más emblemáticos de aquellos años. Además, Flores era uno de los pocos barrios que se unía directamente con la Plaza de Mayo gracias a una línea de tranvía, por lo que la zona reunía a una gran cantidad de gente que asistía a dichos espectáculos.
Años más tarde, en 1912, este edificio fue remodelado y comenzó a funcionar como cine. Fue
Un año después, el lugar fue declarado sitio de interés cultural por la Legislatura Porteña. Por este mismo motivo se colocó una placa en el exterior del edificio, donde se destaca su valor simbólico e identitario para el barrio.
Aún así, recientemente se aprobó un proyecto para demoler el lugar y convertirlo en un centro comercial. Dicho proyecto presenta una amenaza a la importancia de este lugar para la identidad y el patrimonio cultural de Flores.
Escribe Nicolás Tatasciore / Flores de Papel
En Montevideo sucede algo similar con los cines Plaza y Central, ubicados en pleno centro. Fuerom comprados por una iglesia q no les ha dado uso y están abandonados...
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